4-5 AÑOS

Cuentos dedicados a los niños de edades aproximadas a 4 y 5 años





MURRUNGATO DEL ZAPATO




El gato Murrun no era empleado ni sastre ni militar. El gato murrun no era bailarín ni heladero. El gato Murrun era nada mas que un linyera, profesión muy respetable entre los gatos, los gatolines y los gatiperros. Vivía vagando, con su cola a cuestas por la calle y por la plaza, las azoteas y la terraza sin tener dueño ni casa. Una noche muy fría y lluviosa trotaba muy alicaído pensando donde dormir. Y de repente ¡oh! Allí junto al cordón de la vereda, vio un gran zapato viejo. Como Murrun era muy chiquito, se lo probó, es decir se acurruco dentro del zapato y comprobó que le iba de medida. Y que además era abrigado y no dejaba pasar la lluvia. No sé si ustedes habrán observado que los gatos y las gotas no se llevan bien.  Ronroneo y se durmió, con la puntita de la cola asomada por el agujero del zapato. Durmió y requeté durmió. Ronco y requeté ronco y a la mañana… Murrun no puede respirar… se ahoga. Tiene que darse vuelta trabajosamente y asomar  el hocico por el agujero para tomar un poco de aire. ¿Qué es esto? ¿Quién ha llenado de tierra mi casa mientras yo dormía? Murrun se pone a arañar valientemente para remover los terrones. Le cuesta mucho, porque estas endurecidos por el sol, qué ya brilla en el último piso del cielo. Por fin consigue asomara el hocico al aire. ¿Y qué es lo que? ¡Una plantita!  Una plantita, muy instalada y plantada en el zapato, en su zapato. – Qué bonito- dijo Murrun –Gracias- contesto la planta, creyendo que era un piropo. – ¿quién te ha dado permiso para instalarte en mi casa? – estaba cansada de vivir siempre en el mismo lugar… le contesto la planta, soñaba con mudarme a un zapato y pasearme de aquí para allá, de allá para aquí, ir a visitar a la mama del alhelí. – eso si que no! Rezongo Murrun, está muy bien que un gato murrungato viva en un zapato, pero tu ¿para qué quieres zapato sino tienes pies? Yo soy planta, dijo ella muy orgullosa, y aunque no sea planta de pie, igual tengo derecho a vivir en un zapato, si señor. ¡Pero este zapato es mi casa y no quiero inquilinos! ¡FFFF! – ¡que lastima! Lloriqueo la plantita, tendré que pedirle a Felipe que me trasplante otra vez a la vereda, donde todos me pisotean… ay, yo que soñaba tanto con viajar en zapato por el mundo. Ay, que va ser de mi, de mi y de la mama del alhelí…! Murrun se lavaba la cara de muy mal humor!  - ¿Cómo te vas a ir si no tenes patitas, tonta?-  - y esperemos que pase Felipe. Suspiro Murrun con cara de mártir. Y mientras esperaban los dos muy callados, la Planta ya que no tenía nada que hacer, se puso a dar flores. Un montón de Flores, como cuatro: una celeste, una colorada, una amarilla y una más grande. Murrun vió las flores y se puso bizco de la sorpresa. No atino a decir ni mu, ni miau, ni prrr, ni fff… estiro la patita para juguetear un poco .. y el viento las movía y Murrun trataba de acariciar a las flores muy suavemente , escondiendo las uñas. – cuidado, no las arañes – dijo la planta. – Debo reconocer- contesto murrun  sin dejar de jugar, que aunque eres una planta muy molesta, tus flores son realmente lindas y peripuestas. – no faltaba mas- dijo la plantita, modestamente, bajando las hojas. – y tiene un rico perfume- dijo Murrun con el hocico pegado a los petalos. La verdad es que me gustaría tenerlas siempre cerca, para jugar. – si ahora te gusto más, dijo tímidamente la plantita ¿por qué no me llevas a pasear en zapato, como era mi ilusión? – ¿estás loca? Contesto Murrun. – todo el mundo te miraría con admiración, porque nadie ha visto nunca algo tan maravilloso y floripondico… viajaríamos… yo anadaria de aquí para alla, de alla para aquí, veria a la mama de alhelí… entonces Murrun pensó bien. El también estaba cansado de vagabundear solo. Y dijo – bueno- Murrun se olvido de su mal humor  se ato los cordones. Allá se fue, llevando a la Plantita con sus flores a pasear en cochezapato por el mundo. Y así con un garabato se acabo el cuento de Murrungato. 


Cada uno tiene su vivienda, pero que importante es compartir nuestras cosas con los demas ¿no chicos?
Si compartimos lo nuestro con los demas, ellos tambien lo harán con nosotros mismos.



 


Y AQUÍ SE CUENTA LA MARAVILLOSA HISTORIA DEL

GATOPATO Y LA PRINCESA MONILDA




                
Una vez en el bosque de gulubu, apareció un Gatopato ¿Como era? Bueno, con pico de pato y cola de pato. Con un poco de plumas y otro poco de pelo. Y tenía cuatro patas, pero en las cuatro calzaba zapatos de pato. ¿Y cómo hablaba? lunes, miércoles y viernes decía miau. Martes, jueves y sábado decía cuac. ¿Y los Domingos? Los domingos, el pobre Gatopato se quedaba turulato son saber que decir. Una mañana calurosa tuvo ganas de darse un baño y fue  hasta la laguna de Gulubu. Toda la patería lo recibió indignada. ¿Que es esto? -Decían los patos- ¿un pato con cola de gato? Y como era lunes, le Gatopato contestó miau. ¡Imagínense! ¿Se imaginaron? Los patos se reunieron en patota y le pidieron amablemente que se marchara, porque los gatos salen dañar a los patitos. Y el pobre Gatopato se fue muy callado, porque si protestaba le iba a salir otro Miau.
Camino hasta un rincón del bosque donde todos los gatos estaban en asamblea de ronrón, al solcito. Y como el Gatopato el saludo diciendo Miau, lo dejaron estar un rato con ellos, pero si dejar de mirarlo fijamente y con desconfianza. El pobre Gatopato se sintió muy incomodo entre gente tan distinguid. Muchos días paso el pobre completamente turulato y llorando a cada rato adentro de un zapato. Hasta que una tarde paso por el bosque una princesa Monilda, toda vestida de organdí, y lo vio, llorando y comiendo maní. ¿Qué precioso Gatopato? Dijo la princesa. ¿De versas te parezco lindo, Princesa? Pregunto el Gatopato ilusionado. ¡Precioso, ya te dije! Contesto la princesa. Sin embargo, aquí en el bosque nadie me quiere. Si quieres, yo te puedo querer, dijo la princesa. Si quiero que me quieras, dijo el Gatopato. Yo si quiero que me quieras que yo  te quiera. ¡Que suerte! Hace años que quería tener un Gatopato en  palacio, dijo la Princesa.
Y lo alzo delicadamente, le hizo mimos y se lo llevo al palacio, donde el Gatopato jugó, trabajó, estudió y finalmente se casó con una sabia Gatapata.
La Princesa cuido a toda la familia Gatipatil, dándoles todos los días una rica papilla de tapioca con crema Chantilly.
Y todos vivieron felices hasta la edad 99 años y pico.




Que animal raro ¿no? ¿Què piensan de la princesa que lo cuido en su palacio? ¿ Lo hubiesen hecho ustedes tambien?
Los invitamos a compartir sus opiniones.




          BORO, BOROSAURIO


Esta historia que les voy a contar, ocurrió hace millones y millones de años. Era una época en la que existían animales grandes, GRANDISIMOS, GIGANTESCOS, que se llamaban  dinosaurios.
Boro Borosaurio, era un dinosaurio súper grande, su cola medios trece metros, pesaba más que ocho elefantes juntos, y su largo total era de ¡¡¡Veinticuatro metros!!! ¿Se lo imaginan?
 Boro Borosaurio, tenía un serio problema: No tenía amigos, ni uno solo. Y no lograba entender porque nadie se acercaba a jugar con él. Todos, absolutamente todos, disparaban al verlo llegar, ¡hasta los mosquitos!. Un buen día Boro Borosaurio, mientras tomaba agua de la laguna, descubrió su rostro feo en el reflejo.
- ¡Qué susto! ¡Qué feo! ¿Así soy yo?- se preguntó sorprendido y asustado. Tenía os músculos de la cara endurecidos de seriedad y su ceño fruncido lo avejentaba más que más. –Ahora entiendo porque nadie me invita a jugar, mas que feo, foy feísimo. ¿Qué podré hacer para remediar esto? – se preguntó. En ese preciso instante se le acercó ñato compsognato, el dinosaurio mas chiquitito que existía, y que apenas llegaba a los tobillos de Boro Borosaurio. Ñato  compsognato rozó con su cola los gigantescos dedos de la pata de Boro Borosaurio, provocándole muchas cosquillas.
Boro comenzó a reírse y a reírse, y descubrió un nuevo y hermoso rostro en el agua, dándose cuenta de cuantos más agradable era, y que lindos se veían sus dientes blancos al sonreír. Desde ese día Boro Borosaurio comenzó a ser más feliz. Ñato  compsognato, fue su primer amigo, todos los días Boro y Ñato pasean juntos por la laguna y cuando Ñato se cansa, Boro lo lleva sobre su cola.
Ñato nos conto un secreto. ¿Quieren saber? Dice que en la puerta de la casa de Boro Borosaurio hay un cartelito que dice: “CAMBIO SONRISAS POR AMIGOS”


Chicos, es precioso compartir momentos con los amigos, jugar, charlar, entre otras.  No importa como se ve uno, lo importante es lo que cada uno tiene en su corazon para dar a los amigos.
Que tal si cuentan historias que tienen con sus amigos ¿ Qué les parece?




CUCO CHUFLETE


Esa noche parecida a muchas otras noches. Tanto probo Bruno dormir con los ojos abiertos que se cansó y los cerró. Bruno quería viajar fuerte rapidito al mundo de los sueños. Pero el avión de los sueños no lo pasó a buscar.
-¡Qué aburrimiento dormir sin soñar!.- Hizo shuumm para acá en la cama, shuumm para allá, shuumm para acá. Y, justo ahí, sintió que en su nariz se apoyaba otra nariz.
Abrió sus ojos GRANDES, GRANDES y lo vio: ¡el CUCO!
El cuco era un bicho medio raro, medio común. Tenía una barriga mofletuda y una cola simpática. tenia cara de cuco peluciento y con chuflete. Sus cachetes burbujeaban blanco de susto.
Cuco dijo -¡Que aburrimiento dormir sin soñar! ¿Dale que inventamos nuestro avión de los sueños? ¿A que si?. imaginaron un globo corazón con puntillas de cereal. Al globo corazón le pegaron un motón de piolines con goma de pegar. Al motón de piolines lo ataron a una canasta de camping. y la canasta de camping comenzó a dar vueltas al estilo calesita.
Bruno y Cuco Chuflete remontaron vuelo, sus cachetes burbujeaban azul de aventura.
Durante el viaje se desató una tormenta, las estrellas jugaban con el viento a desespertar arcos irís. Los arco iris jugaban con los colores a desprender moños. Y los moños de todos colores se pegaron en el globo corazon. y Bruno y Cuco chuflete llegaron al mundo de los sueños. Sus cachefes burbujeaban rosa de sueños. Cuando el sol de la mañana calento la nariz de Bruno, abrió sus ojos grandes, grandes. Esa mañana era ni muy, muy, ni tan, tan, tan parecida a otras mañanas. bruno salto de la cama, corrió fuerte, rapidito a darles a sus papis el besito de los Buenos Dias. Sus cachetes burbujeaban violeta de ganas de cotarlo todo. Y cuando Bruno terminó de contar, ni te cuento, los cachetes de sus papis burbujeaban raro claro de asombro y alegría. Entonces, levantó su taza de café con leche:
¡Pluin, Pluin por el cuco chuflete!-dijo
¡Pluin, Pluin por los cucos!
¡Pluin!, hisieron las tazas de café con leche.
Y Bruno salió corriendo a contarlo a todo el MUNDO!!!